El estafado les entregó la tercera parte de los 18 millones de indemnización que cobró por una condena revocada por el Tribunal Supremo en 1997. Aprovechándose de que es analfabeto, según explica el coordinador de la Comisión de Deontología del ICAB, Joan Oset. Claret y Pardo hincharon una minuta de seis millones de pesetas con procedimientos que no habían llevado ellos junto con un recurso presentado en realidad por el fiscal.
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