En la isla de Sipadan,frente a las costas de Borneo, Jacques Yves Cousteau descubrió en 1980 una intrincada y profunda cueva (600m) donde existen multitud de esqueletos de grandes tortugas a modo de cementerio. Lo cierto es que las tortugas , presas de la curiosidad, mueren desorientadas y perdidas cuando sienten la necesidad de ascender a la superficie para tomar aire, al no encontrar el camino de vuelta. Video e imágenes.
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