Los hasta hace poco ensalzados como audaces gestores de las grandes promotoras empobrecieron a las compañías tras dilapidar más de 19.000 millones en grandes compras y operaciones empresariales (el equivalente al presupuesto anual del Ministerio de Fomento) que, tras pinchar la burbuja inmobiliaria,han perdido todo el lustre. Antiguos primeros espadas como Luis Portillo o Enrique Bañuelos (de Colonial y de Astroc,hoy Afirma), vuelven a crear empresas para tentar otra vez la suerte en los negocios, muchos fuera de España.
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