El Gobierno se comprometió a que en abril de 2010, los 420.000 alumnos de quinto de primaria de toda España dispondrían de un ordenador portátil que podrían utilizar tanto en casa como en el colegio, y estudiarían en aulas dotadas de pizarra digital. Sin embargo, la implantación del plan está resultando muy desigual además de acometerse con retraso en la mayor parte de las comunidades autónomas.
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