Supongamos que los constructores se hicieran una idea muy equivocada de la honestidad con la que el PP gobierna... Que Bárcenas les convencía de que dieran un pastizal porque así se llevarían el contrato. Y los constructores, en búsqueda del interés privado, se saltan la ley y hacen una donación en efectivo que ellos creen que es un soborno pero que en realidad es sólo un timo de Bárcenas. Hasta ahí todo es creíble. El problema viene cuando vuelven a donar. Porque estamos hablando de un sistema de financiación que duró más de 20 años.
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