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Don't have a cow, man

Durante el nacimiento de su primer hijo, Katie tenía el hábito de extraer cada dos horas leche de su propio cuerpo para que ésta no se desperdiciara. Esta parafílica práctica continuó con sus dos siguientes retoños y lo que empezó como un reflejo instintivo de satisfacción natural y maternidad se acabó convirtiendo en una importante reserva de leche materna. Trató de donar el exceso a un banco de leche pero debido a un tratamiento con antibióticos fue rechazado. Por ello, se le ocurrió la idea de alimentar a su marido únicamente con esa leche.

| etiquetas: lactancia , alimentarse , leche materna , reto

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