A Carmen Romero se le apagó la luz en 2009 con sólo 19 años. "Tenía toda una vida por delante", asegura su padre. Y además de una manera cruel, a causa de las lesiones que, tres años antes, le produjeron los tres disparos de escopeta que recibió de su ex novio a las puertas de la residencia de Rute donde vivía bajo la tutela de la Junta, debido a numerosos problemas familiares. Durante tres años la joven luchó por vivir y soportó estoicamente fuertes dolores a causa de su paraplejía, la falta de un riñón y el hígado afectado.
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