edición general
6 meneos
 

Doble rasero

Un taxista aceptó llevarme y, por el camino, ambos nos pusimos el cinturón de seguridad. Al seguir el recorrido a mi domicilio, en una noche como ésa, de gran actividad, la ciudad estaba repleta de taxis. Nos cruzaríamos unos 30 o 40. Ninguno, repito, ninguno de los taxistas con los que nos cruzamos, cero de 40, llevaba puesto el cinturón de seguridad. En los coches privados que pasaban a nuestro lado, todos los conductores y pasajeros, que recuerde, lo llevaban debidamente puesto. Y el taxista que me tocó en suerte, también; 1 de 41.

| etiquetas: taxis , seguridad , cinturon de seguridad , madrid

menéame