Carlos Dívar se empeña en alargar su agonía al frente del Poder Judicial. 48 horas después de haberse comprometido, sin decirlo, a dimitir este jueves para atajar la crisis institucional, ayer aseguró en público y en privado que todavía no ha tomado una decisión sobre su futuro. Es más, mantiene las dudas sobre si debe abandonar el cargo porque, de hacerlo, sería tanto como aceptar que cometió alguna irregularidad al cargar cerca de 28.000 euros por 32 viajes de fines de semana.
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