[c&p] En el Mundial de Alemania, Iker Casillas se dislocó dos dedos de la mano izquierda y jugó con ellos unidos por un vendaje. Le gustó la fórmula y pidió a Reebok que le hiciese unos guantes con cuatro dedos. «Parezco un Simpson», bromeaba. A veces son manías, pero suelen ser razones técnicas las que motivan inversiones millonarias en estos útiles. Así es la raqueta de Nadal:
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