Óscar del Castillo, el antitaurino que grabó su propia agresión, relata los minutos que pasó encerrado en los toriles de Valdemorillo. El activista cuenta que el guardia civil preguntó dónde estaban las cámaras y al creer que no había ninguna, empezó a pegarle sin más. "Se iba. Volvía. Me pegaba. Se iba otra vez. Fueron como 10 o 15 minutos. Estaba impotente y humillado" Relacionada:
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