La emperatriz Josefina tenía unos pocos dientes negros y carcomidos tras unos labios perfectos. Son una especie de embajadores que traen cartas credenciales de la muerte. En las calaveras siempre impresionan los dientes, tanto los que restan como los que faltan. Hace pocos años se consideraba hermosa toda mujer que no tuviera desfigurado el rostro por las cicatrices de la viruela.
|
etiquetas: josefina , emperatriz , dientes , belleza