Martes y 13 hoy no podrían realizar gran parte de sus sketches. Y no por una censura de las altas esferas. Simplemente tendrían que un humor descafeinado por la susceptibilidad de la audiencia. Porque vivimos en la era de lo políticamente correcto, pero la comedia no siempre debe ser políticamente correcta. Al contrario, Josema y Millán eran corrosivos y se saltaban la delicada línea del eufemismo. De ahí su colosal éxito.
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