En los programas escolares de 2016 se reintroduce también el cálculo mental y la lectura en voz alta, largo tiempo denostados por las nuevas pedagogías. El dictado, que era una tradición en Francia, casi un hobby nacional, fue progresivamente dejado de lado en los últimos 30 años en nombre de teorías pedagógicas que consideran que la corrección ortográfica es un vejamen a la persona, un freno a la creatividad. Hoy, ante la constatación de los resultados catastróficos producidos por esos cambios, Francia echa el freno.
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