La sanción a la jugadora del Galatasaray se duplica desde los 500 euros iniciales cada vez que se niega a jugar con uniforme ceñido. La FIBA obliga desde este verano a que la distancia entre el final del pantalón y la rodilla no puede ser inferior a 10 centímetros y la holgura, de 2 centímetros o menos, en una medida que sólo se aplica al baloncesto femenino. Relacionada:
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