Marc Coma había reventando su rueda a cien kilómetros de la meta. Su mochilero Viladoms había abandonado antes por una dura caída. Coma, por tanto, no tenía apoyo. Y de manera absolutamente desinteresada, Manca paró para darle su rueda al piloto español. Tiró por la borda la carrera, su privilegiada posición en la general, y la posibilidad de subirse al podio. Coma pudo seguir, y Manca perdió una hora, hasta que otro piloto le dio su rueda y pudo llegar a meta, muy retrasado.
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