Una de las diez mayores constructoras de este país, llamada hace escasos meses a cotizar en Bolsa, prolonga su agonía. Esta mañana se ha celebrado en Madrid un consejo extraordinario en el que se decidía entre susto -la escisión de la compañía gracias a la aparición salvadora de un socio financiero- o muerte -concurso de acreedores-. Tras varias horas de reunión, se ha decidido posponer la solución a la semana que viene. Lo que es peor, arrastra consigo a un ramillete de empresas del sector de la talla del propio Grupo Dico, Avantis,Ceyta...etc
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