Los trabajadores del hipódromo de Goshen, Nueva York, notaron que pasaba algo extraño hace 6 meses, cuando encontraron repetidamente a los caballos en los establos, inmobilizados y con las riendas puestas. Fue entonces cuando colocaron cámaras de seguridad. Así descubrieron que Erick Rivera, un joven de 18 años que tenía una habitación alquilada en las cercanías, se colaba por las noches para satisfacer su lujuria. La policía dice que ha violado a caballos en al menos 12 ocasiones. Se le acusa de robo y conducta sexual inapropiada con animales.
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