El camuflaje consiste, como su propio nombre indica, en pasar desapercibido. ¿Por qué, entonces, nadie iba a pintar un barco de guerra de color rosa? Para que se fundiera con la “aurora de rosáceos dedos”, esa que se dibuja al amanecer y el atardecer, momentos en los que las naves son más vulnerables al fuego enemigo. Pero el Pink Lady del Almirante Mountbatten es sólo uno entre una miríada de esperpentos navales...
|
etiquetas: destructor , rosa , camuflaje , naval