Como si del doctor Jekyll y Mister Hyde se tratara, un saltamontes verde que da simpáticos saltos en el césped un jardín se puede transformar en una destructiva langosta. Cuando lleva una vida solitaria tiene el color de las frescas hierbas que habita y come, pero su color y personalidad cambia cuando empieza a convivir con muchos más de sus congéneres. Con ellos forma voraces enjambres que destruyen todos los cultivos que encuentran a su paso.
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