Dos decenas de furgones policiales, un despliegue de antidisturbios sin precedentes en el barrio de Lavapiés (Madrid), y un centenar de personas rodeadas por un dispositivo policial. Así ha acabado, o ha empezado, la concentración de repulsa a la decisión de la delegada del Gobierno en la capital, Cristina Cifuentes, de prohibir un acto en el que participaba el exdirigente de Batasuna, Joseba Permach.
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