Nadia fue obligada a trabajar con dolores y una hemorragia vaginal durante seis días sin recibir asistencia sanitaria. Se escapó para ir a urgencias, pero fue interceptada por un coche de la empresa y obligada a regresar a la finca. Ese mismo día fue despedida «a gritos y empujones», y «abandonada» con sus pertenencias en mitad de una carretera.
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