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"Desperdicio de cerebros": el costo para EE.UU. de no aprovechar el talento de los inmigrantes cualificados de América Latina

Desde que llegó a Estados Unidos, Vanessa Rosales ha cuidado ancianos, cocinado arepas, limpiado naves industriales y ahora es técnica de hospital. Ha trabajado de casi todo menos de médico, la profesión a la que dedicó 8 años de su vida en Venezuela, donde completó la licenciatura y el máster. “Estoy motivada para volver a ser anestesióloga y espero conseguirlo en menos de 6 años”, le cuenta a BBC Mundo esta mujer de 43 años que en 2017 dejó su ciudad natal de Mérida, en el oeste venezolano, para mudarse a Nueva York.

| etiquetas: eeuu , migración

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