En un lustro, este empresario alemán ha dejado un reguero de empresas en quiebra, trabajadores en la calle sin indemnización y deudas con administraciones y proveedores. [...] Gruschka tardó dos años exactos en ver como Unipapel iba a concurso de acreedores –el plazo ideal, explican en Comisiones Obreras, para minimizar responsabilidades laborales–. Durante los últimos tres meses, en Tres Cantos no quedaba ni un rollo de papel y la gente deambulaba entre máquinas mudas sin nada que hacer. “Fichábamos por las mañanas y jugábamos al fútbol"
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