Investigadores de la Universidad de Granada demuestran que en el cerebro se producen, gracias a su intrincada arquitectura jerárquica, “avalanchas” o “terremotos” de actividad, con una variabilidad enorme de tamaños que confieren al cerebro propiedades funcionales óptimas. Su trabajo, que publica esta semana la prestigiosa revista Nature Communications, podría ayudar a entender mejor la conexión entre estructura y dinámica del cerebro
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