Berotti Souvni tiene la certeza de que la mayor de sus hijas -Luisenne Christ Love, que ahora, tendida sobre sus piernas, a ratos llora y a ratos vomita- no ha contraído el cólera a través de la comida. La niña comenzó a padecer los síntomas el lunes y desde el sábado anterior, ni ella ni nadie de la familia habían probado alimento. "No teníamos dinero para comprar algo de comer"... Berotti y su marido lo perdieron todo (que era lo mínimo) en el terremoto... Ahora viven en una explanada donde crece el polvo y el cólera cada semana...
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