Desde la juventud trabajando en España hasta que hace siete años decidió cumplir su sueño desde que llegó de Bolivia: comprarse un piso. Un sueño que, como se pueden imaginar y tras cuatro años de crisis financiera, se tornó en pesadilla. Ángel Flores debe a su banco unos 200.000 euros por un préstamo hipotecario. La última vez que fue a su sucursal esa deuda había crecido en 10.000 más por los intereses. De dación en pago, ni hablar.
|
etiquetas: desahucios , ley hipotecaria , suicidios