La empresa encargada del derribo de los inmuebles, después de que el Ayuntamiento decretara su estado de ruina el pasado martes, comenzó ayer los trabajos con un error que le puede costar hasta 600.000 euros. Las fachadas de los edificios están protegidos con catalogación P4 perteneciente a los inmuebles de ladrillo construidos en la primera mitad del siglo pasado. Sin embargo, la grúa que realizó los trabajos empezó a derribar justo por una de las fachadas de los edificios.
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