Por si lo próximo que se encuentra son seres verdaderamente de fuera –que aterricen en Cuenca o que conozcamos en un viaje espacial–, habrá que ir decidiendo qué estatus legal les daremos en la Tierra, cómo los trataremos: ¿como extranjeros? ¿Como esclavos? ¿Como prisioneros? ¿Como muestras espaciales? ¿Como humanos? ¿Como Han Solo a Chewaka (o sea, a gritos)?
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