Aunque muchos arquitectos ecologistas sugieren que la localización de la vivienda u oficinas ideal en medio de la naturaleza o el bosque no siempre es lo más aconsejable; ya que resulta perjudicial para el ambiente natural. Pero no es este el caso. Aquí, en plena naturaleza, existía un depósito de agua desprovisto de encanto, construido en 1985, y que abastecía al municipio de Thorpeness en Suffolk, Inglaterra, pero ya estaba inutilizado. Ahora se ha convertido en un maravilloso ejemplo de la eco-arquitectura y se llama "La Casa de las Nubes".
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