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Una democracia sin instituciones, a la deriva

Las próximas generaciones tendrán menos estatura; las mujeres habrán retrocedido en la dolorosa marcha hacia la igual. Alberto Ruiz Gallardón ha decidido, desde su siniestra moralidad a la carta, que los niños deformes y los niños con alteraciones graves aparezcan en este escenario en el que no ponen un euro para atender la dependencia. Las niñas del IBEX 35 podrán ir a abortar a Londres, como nuestras madres, las que tenían recursos o mendigaban entre los amigos. Y, si no, a la partera.

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