[C&P] "Le habían dicho, antes de meterse en una máquina de resonancia magnética, que en su interior contara hasta cien y luego saldría. Como si se tratara de un moderno Sísifo condenado a subir la piedra a lo alto de la colina y luego ver cómo rodaba hacia abajo, el paciente —en este caso ya impaciente— empezó otra vez a contar hasta cien. Así llegó hasta 2.500. Sucede que este centro médico cierra sus puertas a las diez de la noche y por un lamentable olvido se dejaron dentro al paciente en la dichosa máquina."
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