Estoy harto de recibir correos que me hacen dudar (¿habré pedido yo que me manden a mi buzón correos sobre productos cosméticos femeninos?) pero, vamos, que no. Que yo no he dado mi correo. Seguro. Otras veces sí que recuerdo haberme suscrito pero ahora he decidido que ya no me interesa seguir recibiendo esos correos. En esos casos, no siempre es fácil darte de baja.
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