Se nos dice que la deflación es mala porque hace que los consumidores no compren, al pensar que todo será más barato mañana. Pero es falso. Todos saben que un ordenador o un iPod serán mejores y más baratos en 6 meses, pero no dejamos de comprarlos. Si la gente se acostumbrase a la deflación, sería igual para todos los sectores. La deflación es mala para los altos ejecutivos, banqueros y gobiernos, pero positiva para ahorradores y consumidores. Los que pierden tienen más poder que los que ganan. Por eso oímos tanto del peligro deflacionista.
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