¿En qué momento consultar con un Psicólogo resultó algo negativo, mientras que reunirse con un Coach se convirtió en una actividad legítima y esnobista del cambio personal? ¿En qué momento las psicología dejó de ser el vehículo privilegiado para el ejercicio de la racionalidad y se convirtió en la prostituta de aficionados y esnobistas del cambio personal? Si el coaching “hablara”, ¿qué diría sobre su papel como dispositivo tecnocrático del neoliberalismo salvaje?
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