Una de las características de la vida política española es la baja calidad de los debates sobre cualquiera de los temas que ocupan o preocupan a la sociedad española. Podríamos aducir que esta sociedad no es demasiado aficionada al debate, y que la dialéctica ocupan poco espacio y atraen poco interés en cualquiera de los niveles del sistema educativo español. También podríamos argumentar que el nivel de rigor intelectual de los políticos españoles no se presta a intercambios de argumentos demasiado profundos.
|
etiquetas: debate , sociedad