Coincidí con Pedro Farré, por entonces número dos de SGAE, en el año 2005, durante un programa de televisión. Farré era conocido por ser el jurista más beligerante con las descargas de internet. Por su cargo de director corporativo de Relaciones Institucionales y Comunicación de SGAE, era habitual verlo en los medios de comunicación prometiendo cárcel para quien descargara música sin autorización y era raro que se celebrara un evento sobre propiedad intelectual sin contar con su presencia como el contrapunto más extremista.
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