En 2013, James Rhodes robó la tienda donde Shelby Farah trabajaba y la mató. El estado de Florida pedía la pena máxima para Rhodes, pero después de conocer su historia, la madre de la víctima se convenció de que el joven no merecía morir. "El estado lo hizo así como es", dice Darlene Farah. "Él también es una víctima, pero no le tengo lástima".
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