La historia es como sigue: había un dios que decidió castigar a todos los hombres y mujeres del mundo porque un tal Adán y una tal Eva habían comido un fruto que él les había prohibido, y que no obstante él había dejado a su alcance. Este dios es omnisciente por lo que ya sabía de antemano lo que iba a ocurrir. Desde entonces todos nacemos con un “pecado original” (¡y sin comer ese fruto!) y vamos directos al infierno. Dios nos ama mucho, según se dice. Pero entonces este dios se arrepiente y decide volver a perdonar a los hombres...
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