La publicación del supuesto caso de abusos sexuales del párroco de Sant Cebrià de Vallalta, Alfons Torrus, a una menor a la que impartía catequesis, y la maniobra legal que empleó para evitar ser acusado del delito y acabar con una condena leve por una falta de vejaciones y una multa de 150 euros, ha generado un alud de reacciones de indignación recibidas en el ayuntamiento de la pequeña localidad del Maresme. Nuevas víctimas incriminan al párroco acusado de abusos sexuales: "por la rabia e indignación de ver que volverá a salirse con la suya".
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