El padre Shay Cullen, tres veces candidato al Nobel de la Paz, ha salvado a miles de niños de la explotación sexual en Filipinas. Su aspecto es una de las armas que este sacerdote irlandés utiliza -con cámara oculta si hace falta- contra las mafias del sexo que explotan a decenas de miles de niños y niñas en Filipinas, amparados por policías corruptos y fiscales que se las arreglan para no condenar a nadie.
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