Los agricultores americanos se sienten estafados. Las semillas modificadas genéticamente para que resistieran al glifosato, el herbicida que Monsanto presentó como la panacea contra las malas hierbas, ya no son una solución: hay 380 especies que han desarrollado resistencia. La solución que propone Monsanto es una huida hacia delante: combinar con un segundo pesticida, y añadir un segundo gen a las plantas. Pero los expertos avisan de que las malas hierbas también desarrollarán resistencia a los nuevos tratamientos. Traducción en comentario 1.
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