Curioso cuento.. Carmiña camellaba como cualquiera -clarifico concepto “cualquiera”: como casquivana, como confianzuda, como callejera- caminaba calles capitalinas contoneando caderas, cazando clientes. Consumía cigarrillos (Caribe), cerveza (Costeña), cápsulas (Cebión)… con cabello castaño claro, cuerpo con curvas, cara coloreada con cuantioso carmesí, cuello como cisne...
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