Bargueño muestra unos aparatitos que le acaban de instalar en los tres radiadores de su ático, apagados en un día en que la calefacción ya comienza a sobrar en la capital. Se trata de repartidores individuales de costes y los estrenará el próximo otoño. A partir de entonces, cada piso pagará por separado el calor que consuma. Una medida ordenada por Bruselas en 2012, a la que España llega tarde y que encara ya su recta final. Salvo causa justificada, las calefacciones centrales pasarán a la historia dentro de un año: el 1 de mayo de 2023.
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