El ataque obliga al reportero a marcharse al refugio, un trayecto que "fue un martirio". Entre otras cosas, por los sustos constantes: "Te pasa cuando hace poco has visto cuerpos mutilados por explosiones. El resultado: durante días cualquier sonido fuerte te asusta". "En el hotel había un sistema de evacuación que no tiene mucha gente que convive con este terror", detalla. Y todo, "por una guerra absurda".
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