Los animadores de finales del siglo XIX y principios del XX no tenían como herramienta de trabajo el pompón sino el altavoz y su cometido era jalear a su equipo desde la banda a voces, estilo Camacho. Por tanto, esos “líderes” desde la barrera debían integrar un conocimiento del juego con un cierto ardor guerrero y elocuencia a la hora de ensalzar a sus compañeros en el campo. Eso explica que no menos de tres presidentes de EEUU ejercieran de cheerleaders en sus respectivas universidades: Roosevelt, Eisenhower y Ronald Reagan.
|
etiquetas: cheerleaders , animador , hombres