Rutu Modan viajó a Polonia para averiguar por sí misma cómo era el lugar del que tuvieron que huir sus abuelos en los años 30. Un país en el que una nueva legislación prohíbe acusar a Polonia de haber participado en el Holocausto. Modan mostró los contrastes del postconflicto, con escolares israelíes que tienen que viajar a ver los campos de concentración mientras piensan más en ligar, los turistas que van al Gueto de Varsovia a recrearse con el dolor ajeno y los polacos, molestos porque a veces ellos se consideran víctimas ignoradas de la IIGM
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