En su primer viaje oficial a Estados Unidos, el Príncipe Enrique de Inglaterra perdió la compostura. Tras proclamarse campeón del torneo Clásico de Polo Veuve Clicquot de Manhattan, que se había organizado para recaudar fondos en favor de los huérfanos por el sida, escupió champán en la cara de uno de sus adversarios, el célebre jugador argentino Nacho Figueras. La imagen lo dice todo.
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