"Solo una vez traté de vender mis productos a una cadena de supermercados española. El encargado de compras me dijo que sí, que mi producto era bueno y era más barato que el de su actual proveedor, pero que este le pagaba cada año un viaje a Disneylandia. Me dijo que si yo le pagaba el viaje podíamos empezar a trabajar. Le dije que no. Vi un mundo tan turbio que se me quitaron las ganas. Hoy casi no trabajo para supermercados españoles y lo prefiero".
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