Una llamada, una carta y, de la noche a la mañana, has sido expulsado de tu banco. ¿El motivo? Sus responsables de 'compliance' consideran que puedes estar relacionado con el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo. No hace falta condena. Basta con ser imputado o con que tu nombre aparezca en la lista negra de un organismo de control financiero. El cliente se queda sin cuenta, sin tarjeta y sin presunción de inocencia.
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